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El paso de la doctrina de la situación irregular hacia la doctrina de la protección integral ha generado una verdadera revolución en materia de niñez, situando a niñas y niños en el lugar de verdaderos sujetos de derecho. El interés superior del niño constituye uno de los pilares esenciales para dar impulso al paradigma de la protección integral. Sin embargo, este principio ha sido cuestionado, principalmente por su presunta vaguedad y amplitud interpretativa y por la subjetividad de las personas que deben aplicarlo. La Corte Suprema de Justicia de la Nación a través de sus pronunciamientos ha ido delimitando sus contornos interpretativos.