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Agrobiodiversidad Cultivada y Resiliencia ante la variabilidad climática en Agroecosistemas Familiares.
Natalia Agustina Gargoloff, Maria Margarita Bonicatto, Santiago Javier Sarandón

Última modificación: 2016-08-14

Resumen


Frente al cambio y variabilidad climática los afectados principalmente serán los agricultores familiares que no siempre tienen la capacidad de afrontar adversidades. El manejo de la agrobiodiversidad, a través del cultivo de un alto número de especies, la rotación y asociación de las mismas, así como la conservación del material reproductivo, promueven la diversificación de los sistemas agrícolas, lo que puede reducir, en gran medida, su vulnerabilidad frente a un clima errático. En el Cinturón Hortícola de La Plata la fuerte adopción de invernáculos ha llevado al extremo la artificialización de los agroecosistemas generando un impacto negativo sobre la sustentabilidad. Esto se observa en la forma de producir, caracterizada por pocas especies y grandes superficies en el paisaje destinadas a la producción bajo cubierta y con pocas áreas no cultivadas. Esto genera una baja biodiversidad a nivel de paisaje y una alta vulnerabilidad  ecológica. A pesar de esto, la heterogeneidad de agroecosistemas presentes en esta región, sugiere que coexisten diversas estrategias de manejo en los agricultores familiares. Entre estas prácticas, varias tienden a conservar la diversidad cultivada y  a fortalecer la resiliencia de estos agroecosistemas.

El objetivo de este trabajo es detectar las prácticas de manejo de la biodiversidad cultivada que aportan a la resiliencia de los agroecosistemas familiares.

Se eligieron cinco casos. Para el análisis del manejo de la diversidad cultivada se usaron indicadores: Número de especies cultivadas, Asociación de cultivos y Rotaciones. Se realizaron entrevistas semiestructuradas para relevar la agrobiodiversidad cultivada y conservada, su origen y los motivos de su conservación.

Se observó una mayor diversidad en la denominación local de los cultivos que en la clasificación científica de las especies. Esto a su vez se asocia a diferentes prácticas de manejo, comercialización y consumo. Por lo tanto, incorporar la denominación local sobre la diversidad cultivada es sustancial para la conservación de la agrobiodiversidad.

Los resultados confirman que los agricultores cultivan un alto número de especies y, en su mayoría, realizan rotaciones de cultivos lo que  favorecería  una baja colonización y reproducción de plagas. A pesar que se conoce que los cultivos asociados pueden tener un mejor comportamiento ante adversidades y/o una mayor eficiencia en el uso de los recursos, no es una práctica habitual entre los entrevistados.

Estrategias tales como el mantenimiento de la diversidad genética a través de la conservación del material reproductivo y de la diversidad de especies en sus quintas a través de un alto número de especies cultivadas desempeñan un papel amortiguante ante condiciones meteorológicas inciertas.

El manejo de la incertidumbre es una característica inherente a los agricultores familiares que trabajan en condiciones de alta vulnerabilidad ambiental y económica. En este estudio, se confirma que también en los horticultores platenses constituyen estrategias de adaptación a las vulnerabilidades propias de cada agroecosistemas y se traducen, en cada caso, en diferentes prácticas que colaboran en complejizar la dimensión funcional de la biodiversidad al mejorar la dimensión genética, específica y temporal. Estas estrategias de manejo aportan a reducir la vulnerabilidad de los agroecosistemas.

Palabras clave


Diversidad funcional;Sustentabilidad;Conocimiento ambiental local.