Última modificación: 2019-09-13
Resumen
Son múltiples las lecturas que desde las últimas décadas se encuentran realizando sobre el sistema Beaux Arts: en algunos casos desdibujando los límites entre arquitectura moderna y académica; en otros, redescubriendo en el material escrito y construido, nuevos objetos de estudio historiográfico.
Nuestro aporte pretende reflexionar sobre la consolidación del proyecto académico en la Escuela de Arquitectura de Buenos Aires, cruzándola, tanto con las herramientas que la nueva historia intelectual nos brinda, así como con la mirada de la epistemología evolutiva de Thomas Kuhn.
Desde la historia de las ideas, Quentin Skinner nos dice que la comprensión de los propósitos de un autor al escribir un texto, no puede ser alcanzado por el historiador simplemente estudiando dicho texto aunque se incluya el análisis del contexto en el que fue producido. La única manera de captar los verdaderos motivos e intenciones del autor es considerar al texto como un acto de habla, a la manera de John Austin, dirigido con una determinada fuerza a un auditorio específico. Es por ello que Skinner busca referir los textos a sus condiciones semánticas de producción, considerando entonces que nuestro mundo se construye a través de nuestros conceptos y que un cambio de significado cambiaría entonces nuestro mundo. En este último punto reside la similitud con la epistemología evolutiva de Kuhn. Recordemos que Thomas Kuhn nos describe el período de ciencia normal, como una época de hegemonía, estabilidad y plena vigencia de un paradigma que determina reglas y compromisos que deben ser asumidos, incluyendo desde principios teóricos hasta procedimientos prácticos que deberán realizarse rutinariamente, validados desde una autoridad. Este período se asemejaría a aquellas etapas de cualquier movimiento artístico o cultural denominadas “clásicas” o tradicionales, donde aparece la estructura teórica de una manera explícita y claramente organizada a través de tratados, manuales y estatutos.
En referencia a la enseñanza de la arquitectura en la Escuela de Bellas Artes de París, Richard Chafee, al caracterizar el modelo conceptual que sustentó sus procedimientos, afirma que dicha institución intentó desarrollar principios universales para la arquitectura, asumiendo de este modo que, tanto la arquitectura como dichos principios serían racionales, lo cual, no hace otra cosa que sacar a luz la vigencia del paradigma positivista, cuestión que desarrollaremos en nuestro escrito.
Por otra parte, es válido entonces recuperar el sentido con el que Pablo Hary, profesor titular de Teoría en la Escuela de Arquitectura de Buenos Aires, aborda la publicación de sus enseñanzas, puesto que, para él, clásica era toda obra del pasado que, por su belleza consagrada, merecería ser estudiada, no para imitar sino para retirar de ellas ejemplos de equilibrio y armonía estética, asumiendo una actitud ecléctica, que provenía del reconocimiento de la multiplicidad de estilos. Empero, para Hary era necesario contar con una doctrina de “científica precisión”, que permitiera formular las “grandes reglas de la composición” que serían “deducidas” del “análisis de edificios antiguos y modernos considerados como clásicos o como modelos en su género”, seleccionados por la autoridad docente para el aprendizaje de sus alumnos.