América Latina y el Caribe tienen una formidable historia en la búsqueda de mecanismos para lograr una mejor integración regional en lo económico, político, social, cultural, ambiental, y en la infraestructura, buscando llegar a una política de buena vecindad y de metas conjuntas. Es cierto que no siempre esos intentos de cooperación y de integración han llegado a buen puerto, pero continuamente asistimos a la voluntad política de los distintos gobiernos en la búsqueda de soluciones a los problemas internos del continente y algunos que también provienen de otras partes, pero que repercuten en los países americanos como el cambio climático.

En este caso, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y el Caribe (CELAC), se ha convertido en un nuevo actor de relevancia internacional que busca relacionarse con otros bloques como la Unión Europea, pero que también mira con gran expectativa al continente asiático. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños es un nuevo bloque que fusiona al Grupo de Río y a la Cumbre de América Latina y el Caribe sobre Integración y Desarrollo (CALC), y se crea como un foro regional de integración política.

Los 33 Estados soberanos de la región que forman parte de la CELAC son: Antigua y Barbuda, Argentina, Bahamas, Barbados, Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Kitts y Nevis, San Vicente, y Las Granadinas, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Uruguay y Venezuela. La Comunidad cubre una superficie de un poco más de 20.000.000 de kilómetros cuadrados y tiene una población estimada para el 2011 de casi 600.000.000 de habitantes.

En el siguiente trabajo se analizará brevemente el proceso o la génesis de este nuevo mecanismo de cooperación, integración y solidaridad entre los distintos países latinoamericanos y caribeños, que tratan de dejar de lado la influencia norteamericana para centrarse en el desarrollo de un proyecto político autónomo de la gran potencia del norte, para avanzar en el multilateralismo como predica también la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR). La CELAC es un mecanismo que trata de dirigir la integración latinoamericana y caribeña dentro de un escenario existente pero pensando a futuro. Una característica fundamental de este mecanismo es que están reunidos todos los países de América Latina y el Caribe, a pesar de la amplia diversidad económica, política, social, ambiental y hasta cultural. Esto podría ser un obstáculo, pero tal vez constituya una fuerza mayor a la esperada, puesto que a partir de diferentes realidades y experiencias es cuando se construyen ideas innovadoras que permitan un desarrollo económico y social de los ciudadanos latinoamericanos y caribeños, que les permita mejorar el índice de desarrollo humano.